Al igual que todos los eres humanos del mundo, siempre, por naturaleza, tendemos a quejarnos por algo. Sea por alguna situación, un comentario, un error, algo que no nos sale como queremos, la opinión de otra persona, una decisión que tomamos, u otra que alguien tomó por nosotros, o por un mal servicio, siempre, siempre, nos quejaremos en momento dado.
No se queje de lo que estoy escribiendo (¿vieron?), es que es nuestra naturaleza.
Ahora, desde la era de las redes sociales, todos tenemos más de un foro para quejarnos públicamente. Lo que antes hacíamos entre colegas y amigos, ahora lo podemos hacer directo a cientos o miles de personas.
Ahora, ¿qué tiene que ver todo esto con los medios digitales?
Saben que este espacio está dedicado a los creadores o productores de contenido digital, los cuales por la naturaleza de lo que hacemos, tenemos una mayor audiencia que personas que viven o laboran en otras facetas fuera de las comunicaciones. Cuando un productor de contenido se queja en su medio o en las redes sociales sobre una marca, el mensaje, al igual que pasa con otros tipos de mensajes, este se amplifica y llega a la masa. Y la masa incluye, casi por sentado, a un representante de la marca envuelta.
Al principio, quizás no parezca importante, pero si lo es cuando criticamos servicios, y empresas que a la larga, podrían ser potenciales clientes y auspiciadores. Lo he visto en varias ocasiones, como mantenedores de un medio pierden un auspicio por el hecho de criticar una marca. Es una relación que se pierde bien fácil y muchas veces, no es recuperable.
¿Te bajaron de un avión, de un carro? ¿De momento ese auspicio que se veía a la otra vuelta de la esquina se esfumó? Piensa que podría ser una consecuencia de algo que pudiste haber dicho públicamente en las redes hace tiempo. La marca te mordió.
Pero, un momento, ¿no tenemos el derecho a protestar o quejarnos por un mal servicio?
Claro, nadie dice que no. Pero seguramente, cuando estamos en nuestra posición debemos ser extremadamente cautelosos. Como siempre digo, hay que pensar estratégicamente y esto incluye, medir nuestra acciones en lo digital pensando en el futuro.
Me gustaría compartir con ustedes unos consejos para cuando tengamos la necesidad de quejarnos digitalmente de un mal servicio de una marca que podría ayudarnos en un futuro. Sin problemas digo, a mi me ha pasado, y me ha pasado más de una vez. Mucho lo digo por experiencia.
1) Mal servicio. A mi me revienta cuando no me atienden bien en un negocio. Me pasa muchas veces y más veces me he aguantado de explotar en Facebook, cuando es un negocio amigo, de los que me ayudan para mis negocios. Pero no por eso, debo dejar de quejarme del mal servicio. Ya que si te pasa a mi, te pasa a ti, y otros que no se merecen un mal trato, en especial a un lugar donde van a invertir dinero, no a regalarlo.
Si conocemos un contacto dentro del negocio o de la agencia que los representa, entonces llamamos y contamos. De seguro alguien le darán a un jalón de orejas.
2) No me dieron un producto. Si reseñamos productos y vemos que a un colega o competidor le dieron uno y a nosotros no, no es bueno quejarse en las redes. Eso no se ve profesional y demuestra que no tienes la misión clara. ¿Te molestó que no te prestaran un teléfono o te montaran en un carro mientas a fulano y zutano si? Pues simple, llamas a la agencia y tranquilo, mencionas que te has dado cuenta de que hay colegas con X ó Y producto y te gustaría estar en lista para reseñarlo.
Muchas veces, es uno quien se tiene que mover, aquí nadie es estrella, si crees que lo eres, brega con eso. Otras veces, los productos para reseñar son pocos y se crean listas de espera para que varios tengan oportunidad.
3) Cuentas personales vs. de medios. Oh si, he visto esto mucho. Mientras un creador de contenido mantiene un medio profesional por un lado, tiene su cuenta personal al “garete”, publicando todo tipo de comentarios, quejas y odio a la humanidad a tal grado, que merece premio. ¿Ustedes creen que la gente y los representantes de las marcas no reconocen la diferencia? ¿Crees que no saben o que nadie les dice? Equivocado. No pretendas que la marca contra la que despotricaste públicamente en tu cuenta personal, te apoye después en tu medio digital. 1 + 1 es 2, es lógica.
4) No me invitaron a la fiesta. ¿Te revienta que te hayas enterado de que hay una fiesta o evento al que no te hayan invitado? Tranquilo, eso no es el fin del mundo, ¿eres un profesional o todavía estas en quinto grado? Tu decide. Mi mejor consejo: olvídate y sigue haciendo tu trabajo con todo el profesionalismo que te caracteriza o que quieres que te conozcan. Que estés o no en una fiesta y/o “meetings” de una marca, no significa nada, TU TRABAJO SI.
Este tipo de discreción será vista de buena manera por las marcas, verán que te preocupas por su imagen y que eres un aliado a quien se puede ayudar en un futuro.
¿Te ha pasado? ¿Tienes otros consejos que compartir? Adelante, espero tus comentarios.
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